Gerardo: el tema de
vuelta sería que no es que está todo el psicoanálisis invalidado, invalidado en
el sentido del contrapsicoanálisis; da la impresión de que habría que ir contra
el psicoanálisis globalmente.
Comentario: no contra
el psicoanálisis simbólico-imaginario del mismo, por eso es un revés contra él
mismo, cambia la primacía.
Gerardo: cambia la
supremacía y se reinstaura lo real en la dimensión de la conducción, pero eso
no implica que en el principio de un análisis, con lo que uno intenta hacer con
el deseo del analista, no esté en juego eso. Sabiendo donde hay que llegar, uno
puede alimentar o no determinadas cosas desde el principio, este es el tema.
Lito: me parece
que hay un intento de Miller, y de Lacan, de formar al analista desde otro
lugar. Formar al analista desde otro
lugar significa poder trascender nuestro pensamiento. Nuestro pensamiento con
Lacan en nuestra formación es causalista, lo busques a lo largo de toda la
enseñanza de Lacan hasta el final de su obra, hasta el seminario XXIII; a
partir del XXIII en adelante el pensamiento deja de ser causalista.
Cuando Lacan intenta construir una idea de lo real como tyché inmediatamente
trata de articularlo con la causa con el automatón.
Toda la enseñanza de Lacan va a favor del racionalismo cartesiano, porque
aunque él quiera salir y lo debate, está siempre en juego, ¿por qué?, porque en
el centro de la formación del analista está la subjetividad.
Entonces el paso que da acá Lacan, el intento que hace (no
nos olvidemos que sus seminarios están hechos para formar analistas, que junto
con el análisis él daba sus seminarios para analizarse él y para formar
analistas), el gran intento es cómo abordar un psicoanálisis sin el
racionalismo cartesiano, o sea sin subjetividad, es decir sin causalidad y sin
sujeto.
Comentario: el
concepto de “sujeto” implica suponer a otro.
Comentario: lo básico
es la posición del analista.
Lito: el deseo
del analista
Comentario: pienso en
lo que decía Gerardo, es diferente estar advertido de ese real que puede
aparecer en esos primeros momentos para ir en esa dirección y no estar
confiriendo sentido.
Lito: yo creo
que es un paso más todavía, y el paso es que hay que pensar las cosas de otra
forma. Eso se ve en una película, a mí me parece verlo en la película de Darín.
Entre Darín y el alumno hay un gran debate en juego, alguien que piensa todo el
tiempo que no hay nada que no tenga sentido, o sea que no hay nada que no tenga
causa, porque el significante es causa de sentido; todo tiene una causa, parece
claramente un paranoico. Cuando Miller dice en Comandatuba que la relación con el otro lo único que genera es
paranoia me parece que en esa película se ve muy bien. Y el otro punto que es
más del lado de la física cuántica, más del lado de pensar las cosas con no
todo tiene causa, ahí hay una cuestión que hasta tendríamos que investigarla
desde la filosofía.
Comentario: hay dos
vías para interrogar el deseo del
analista: una, lo que dice en “La ultísima enseñanza”, de Freud como
solitario, Lacan con su síntoma; y la otra vía es, qué se hace con el grupo en
el análisis.
Comentario: ¿cómo, “el
grupo”?
Lito: en la
pareja del analista-analizante.
Comentario: me parece
que la parte de interrogar el deseo del analista con Freud solitario, uno de
los traumatismos de Lacan es encontrarse con esa elaboración
simbólico-imaginaria del inconsciente de Freud, y ahí lo que él crea o inventa
y trata de abordar; y por otro lado la noción de causa no de Descartes
solamente.
Lito: de
Aristóteles también.
Comentario: todo este
pensamiento causalista me parece que viene como una plomada de Spinoza.
Lito: sí, porque
es cartesiano, todo cartesiano es causalista y determinista, pero viene desde
Aristóteles. Ya en Aristóteles, cuando empieza con las categorías de las causas,
introduce el azar como causa, que es lo que le sirve a Lacan para escribir en
el Seminario XI tyché y automatón. La noción de causa nace con
el pensamiento lógico, la causa es parte de la lógica. Pero la noción de causa
misma, como un traumatismo, está instalado en el pensamiento. En ese sentido
Heidegger se puede acercar, no quiere decir que Lacan sea heideggeriano ni
mucho menos, pero todo el pensamiento presocrático es un pensamiento sin causa,
no se apoya en la causalidad de ningún tipo, no hay causa.
Comentario: lo que vos
decís de introducir el azar como causa ¿lo planteás desde los presocráticos?
Lito: no, desde
Aristóteles. Es Aristóteles que en la física sostiene que el azar es una de las
causas. Es sencillo: te ganaste el prode y a partir de ahí tu vida te cambió,
tan sencillo como eso. Te ganas el quini 6 y tu vida cambia. Ahí tenés el azar
como causa, es puramente azaroso eso, algo pasa a partir de eso, se produce
algo. ¿Qué es causa? Es “si a entonces b”, eso es la causa, no es nada más que
eso. Leibniz es quien pone en la lógica la causalidad, con la causa suficiente,
el concepto de razón suficiente.
Ahí hay todo un debate que tenemos que dar, y el intento de
Miller es ir avanzando en un psicoanálisis que no sea pensado en relación a la
causa. Podemos tomarlos con “La causa freudiana”. Hay una frase que nosotros trabajamos
mucho con Gerardo en el Seminario XXIII que es: “mi real no tiene nada que ver
con “La cause freudienne” (la causa
freudiana)”, qué es el real sin ley que él trabaja en la Conferencia de
Comandatuba. “Real sin ley” quiere decir
que lo real no es causa de nada.
Comentario: ¿y por qué
somos la “Escuela de la Causa ”?
(Risas)
Lito: vamos a
dejar de serlo (risas), vamos a ver si vamos a seguir siendo la Escuela o
seremos el instituto ahora. (risas)
Comentario: es una
pregunta importante, que se interrogue la causa, que se llegue a un pensamiento
sin causa, no quiere decir que al momento de expresarlo no se caiga de vuelta
en que hay que instalar la causa, porque no se puede transmitir eso, a la
sociedad, al grupo, este “sin causa”.
Lito: este sería
el debate, ¿hay discurso o no hay discurso que no sea del semblante? Porque si
hay discurso, el discurso del analista no es discurso que no sea del semblante.
Entonces cuando Lacan, en el Seminario XVIII, dice “De un discurso que no fuera
del semblante”, es un proyecto, y éste es un proyecto que retoma Miller, y que
Lacan no puede resolver en el XVIII pero
que después lo retoma en sus últimos seminarios. Esta es la cuestión, sino no se
puede pensar el psicoanálisis, si no hay un discurso que no sea del semblante.
Si hay discurso hay semblante, es una contradicción, pero sin embargo uno tiene
que pensar que hay dos cuerpos que se encuentran una o varias veces por semana
en un lugar, uno habla, el otro está ahí escuchando, ¿hay efectos que vayan más
allá de la palabra, que vayan más allá del discurso del semblante? Porque, ¿qué
es un discurso si no es lazo social? ¿Hay lazo entre el analista y el
analizante que no sea un semblante? Esta es la pregunta.
Comentario: me parece
que esa lógica de discurso Gerardo lo trabaja en el libro “Un nuevo concepto de
inconsciente” cuando habla del apoyo, del asiento del decir, de un decir que
puede motivar no el discurso sino que se diga otra cosa en el lugar del decir,
y ahí ese lugar, ese apoyo, tiene que ver con el goce.
Comentario: es lo que
dice en el XXIII.
Comentario: tampoco
nos quedemos con un discurso que no sea del semblante y seguimos machacando con
eso, puede ser un decir.
Comentario: lo
importante es que no existe causa pero existe depósito aluvional? que tiene que
ver con una cierta lógica aluvional, donde el diálogo de dos cuerpos algún dado
cargado tiene.
Lito: se dan
cuenta que todo el tiempo estamos pensando con una categoría simbólica, y en
esta parte de la enseñanza, sobre todo en el último seminario y el anteúltimo,
“El momento de concluir”, Lacan puede aseverar que lo simbólico es obstáculo
para poder acceder a lo real, y que a lo real se accede solamente del lado de
lo imaginario. Entonces si a lo real se accede solamente del lado de lo
imaginario, hay que esperar un poco, suspender las cosas, y ver qué significa
eso, porque realmente hasta ahora no lo tenemos claro.
Comentario: por
supuesto, pero vos fijate que los animales no tienen imaginario porque no
pueden desdoblar lo real de lo imaginario porque no tienen simbólico. Hay
imaginario donde hay simbólico, pero una cosa es raificar lo simbólico, eso se
ve muy bien en el final del Banquete
cuando habla del asno, esa cosa del asno de Víctor Hugo. Lacan cita el asno de
Víctor Hugo, una especie de protesta contra el saber parecida a la de Goethe,
el que se queja de la ciencia, Fausto,
este es al asno… pero ojo que contrapsicoanálisis no es en contra sino un corte
que hay que hacer, “contra” en el sentido de ir de arriba para adelante y de
adelante para atrás.
Gerardo: si el
principio del análisis o la instalación del Sujeto supuesto Saber el final del
análisis.
Comentario: es el deser, anulación subjetiva y deser del analista.
Lito: Vuelvo a
decir, estamos el Seminario XV, XVI, me parece que hay un paso mucho más grande
en Lacan. Cuando Lacan dice, ¿qué se espera de un A.E.?, que sea alguien que en
las sombras o sin luz pueda reconocer un nudo borromeo. ¿Qué quiere decir con
eso? Yo lo único que entiendo de esa frase es que la falta de luz es sin
iluminismo y sin iluminismo es sin causa
sin razón; ahora cómo se hace eso y de qué se trata no tengo idea.
Gerardo: ahí hay un
punto, que reconozca un nudo borromeo, ergo, que el nudo borromeo implica en el
contrapsicoanálisis reinstalarlo. Porque en el caso de la histeria, en el caso
de los pacientes que están bajo transferencia, ese nudo no existe como tal,
existe el simbólico que ha subsumido al imaginario y al real no bajo la forma
del nudo borromeo. Entonces instalar el nudo borromeo es hacer un corte en lo
simbólico que reinstale el nudo borromeo. Ahora, cómo seguir de ahí en adelante.
Cuando vos hiciste el contrapsicoanálisis, que es en verdad un corte, es lo que
vos decís, es en la oscuridad, cómo conducirse con un nudo borromeo.
Comentario: ¿cómo
reinstalarlo decís vos?
Gerardo: ya está
reinstalado, porque si uno no reinstala el nudo borromeo con ese corte…
Lito: desde ya
es para un A.E., pero decime algún testimonio, algo de un A.E. que nos haga
pensar que eso sucedió.
Gerardo: no, no
creo mucho, por lo menos no lo hemos visto.
Lito: es algo
que no hemos visto, pero no quiere decir que eso no haya sucedido, a lo mejor
no lo hemos visto porque todavía no hicimos desde nuestro, desde el lugar donde
vemos, porque ahí se trata justamente de la mirada, desde el lugar donde
miramos, todavía no podemos darnos cuenta de lo que está diciendo Lacan con
eso, porque para eso hace falta que sigamos haciendo la crítica a la
causalidad, al sujeto, al Sujeto supuesto al Saber, a los discursos, a las
formulas de la sexuación.
Hay algo que me parece que también es el contrapsicoanálisis,
que es empezar a pensar el psicoanálisis desde otro lugar, verlo desde otro
lugar, la mirada sobre el psicoanálisis que sea desde otro lugar desde donde lo
veíamos hasta ahora. Si decimos cómo mirábamos el psicoanálisis, lo mirábamos
siempre con la noción de causa. Cómo abordamos hoy en día un paciente, cuando
decimos lo que decimos de un paciente, en las supervisiones, en la forma
nuestra de hablar, siempre está la idea de causa, porque está incluida en
nuestra vida la idea de causa. El hombre, desde Aristóteles hasta acá, vio el
mundo desde el lugar de la causa.
Comentario: estamos
metidos en lo simbólico.
Lito: estamos
metidos en eso, ahora, cómo pensar que eso que nos da la mirada del mundo que
nosotros tenemos en realidad es un obstáculo. Lo bueno de este grupo, como
venimos trabajando, es que damos pequeños pasitos que nos van llevando a ver si
podemos ubicar la cosa desde otro lugar.
Gerardo: acá me
parece que hay que despejar un poco más lo de la fixation. La última parte de la
clase 9, me gustaría dar dos o tres cosas porque estamos hablando de eso. En la
última página, antes del “Más allá del pase”, cuando habla de las entrevistas preliminares,
dice:
“Tenemos, en primer lugar, lo
designado como “entrevistas preliminar”, de duración más o menos prolongada, a
lo largo de la cual el analista tradicionalmente tenía que apreciar la
capacidad de quien se presentara para hacer un análisis y la probabilidad de
que un análisis le hiciese bien. La capacidad para evaluar era, ante todo, algo
así como -digamos- su relación con el sentido. Tuve hace poco la ocasión de
constatar que rehusarle hoy a alguien un análisis, no tiene en absoluto el
sentido que tuvo en otros tiempos y no era susceptible de pasar por el mismo
tipo de evaluación (ahí está planteando lo que era la época de Freud y la
de Lacan también, la actual), porque el
análisis, así como las terapias que de él derivan, aparecen en la actualidad
incorporadas al orden de los derechos humanos. Pero podemos ver bien lo
habilitado por esta constatación que yo hacía”.
En el orden de los derechos humanos Miller deduce que no se
le puede negar a nadie el acceso al sentido. En el caso freudiano se le negaba
eso a aquellos que uno veía una posibilidad de no estar bien tramados en el sentido, que podían
derivar en una psicosis, y que no eran capaces de transferencia, se hacia el
análisis de prueba para eso. Entonces el psicoanálisis estaba orientado por el
psicoanálisis de prueba, que constataba la posibilidad transferencial, y de un
arreglo con el sentido, esto es lo que dice acá. Cuando dice ha sido
incorporado a los derechos humanos, él lo incorpora, se le ocurrió que nadie
puede no tener acceso al sentido, que al tipo que viene a reclamar sentido no
le podés decir que no.
Lito: ojo que
los derechos humanos no son el ideal del analista, todo lo contrario, por los
derechos humanos se han hecho las peores cosas en el mundo.
Gerardo: seguro,
pero acá lo que está planteando es que él toma eso de los derechos humanos, que
no se le puede negar el derecho al sentido.
Lito: como una
demanda social. Hay una demanda social que dice que un analista no podría negar eso, como decir que un médico no podría
dejar morir a un enfermo, es lo mismo para el psicoanalista, los derechos
humanos son los derechos del amo.
Comentario: para todos
por igual.
Lito: para todos
por igual, por lo tanto son los derechos del amo los derechos humanos.
Gerardo: pero acá
cambia la óptica freudiana diríamos.
Lito: y la
lacaniana también, ¿por qué?, porque Lacan tenía un punto, ¿a quién no
analizaba Lacan?, a los canallas, ya a los psicóticos los analizaba. Es también
esta cuestión, no es que se puede o no se puede, sino que de lo que se trata es
que es otra la perspectiva, ¿desde dónde decís que “no” a un canalla? Desde los
derechos humanos.
Gerardo: sigo un
poco, me gustaría ir al nudo del asunto:
“En efecto, a las
entrevistas preliminares le sigue ese lapso maravilloso, aislado como tal por
los analistas -los americanos hablan de luna de miel del análisis- y, a
continuación, el período que se extiende hasta el pase, marcado por una
resolución del deseo de la que da cuenta su deflación.
Pero hay un más allá del
pase en el análisis -y es en ese más allá donde Lacan fue el primero en
avanzar. Esta zona todavía mal conocida, mal pensada -conocida y experimentada
pero insuficientemente pensada-, Lacan intentó aparejarla a su nudo borromeo. Remarquen
que allí las categorías en juego son lo real, lo simbólico, y lo imaginario; ni
el inconsciente, ni los conceptos freudianos están presentes como tales, ni
ocupan en absoluto un primer plano”.
Cuando el sujeto queda ubicado frente al nudo borromeo ya
dice ni el inconsciente ni los conceptos…
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