Clase del
30/06/99
Lito Matusevich
Luego
en 1966, fecha en la que compila sus Escritos, coloca un llamado a pie de
página donde ubica en su esquema el fantasma en el lugar de la relación
especular, y es porque ya separó lo imaginario de lo simbólico.
No hay significante que se pueda significar a sí mismo, es
ahí donde Lacan empieza a construir la lógica del fantasma, pero eso será tema
para otra reunión.
Me
parece que es interesante porque muestra las consecuencias que se generan de
pasar de la identificación con a la identificación de. ¿Se dan cuenta? Lo que yo decía al principio,
sustituí el “con” por el “de”. Tiene todas estas consecuencias,
ahora hay que definir lo imaginario a partir de lo simbólico. Sigamos leyendo.
(Cita)
“Es
una forma fácilmente concebible y que se aplicará tanto al efecto que acabo de
decir, como al de la formación de una imagen, incluso virtual, en la naturaleza
por intermedio de una superficie plana, sea la de un espejo o la que he evocado
hace años, la superficie del lago que refleja la montaña.”
Lito: Hay una cosa que me parece que es interesante:
¿ustedes tienen un perro? Si tienen un perro pónganlo delante de un espejo, ¿y
qué pasa? No pasa nada, a veces ladra, pero la mayor parte de las veces no pasa
nada. Lo que van a encontrar es la indiferencia, inclusive los animales cuando
se miran en un lago son indiferentes a su imagen especular. Esto demuestra
también cómo en el humano hay una fascinación por esa imagen, porque hay otra
dimensión en juego, no es solo la dimensión etológica. Una imagen, ¿cómo funciona
para un animal? Tiene un desencadenamiento de orden neurológico, pero no
produce fascinación, produce una conducta, frente a la fascinación que produce
en el ser humano esta relación con la imagen especular. Y para ser una imagen
especular, para tener el valor de imagen como tal, es por una construcción
significante, es sorprendente pero es así.
Insisto
en este punto, me parece que es un punto muy importante porque cuando los lacanianos
hablamos de imaginario muchas veces no sabemos de qué estamos hablando. Porque
no es el mismo concepto según en qué momento de los desarrollos de Lacan lo
abordemos, como no es el mismo concepto de imaginario cuando lo define como lo
que consiste, habla ahí de una consistencia lógica, entonces lo imaginario
tiene todavía una dimensión mucho más formal. Sigamos.
(Cita)
“¿Es
esto decir que, como la tendencia, tendencia que se extiende bajo la influencia
de una especie de embriaguez que alcanza recientemente al pensamiento
científico por el hecho de la irrupción de lo que no es en el fondo sino el
descubrimiento de la dimensión de la cadena significante como tal, pero que de
muchas maneras va a ser reducida por este pensamiento a términos más simples -y
muy expresamente es lo que se expresa en las teorías llamadas de la
información-, es decir que sea justa, sin otra connotación que resolvernos a
caracterizar la ligazón entre los dos sistemas, donde uno es por relación al
otro, la imagen, por esta idea de la información, que es muy general,
implicando ciertos caminos recorridos por ese algo que vehiculiza la
concordancia biunívoca?
Aquí
yace una gran ambigüedad, quiero decir aquella que no puede conducir más que
hacernos olvidar los niveles propios de lo que debe comportar la información si
queremos darle otro valor que la onda que no conduciría finalmente sino a dar
una suerte de reinterpretación, de falsa consistencia a lo que hasta aquí había
sido subsumido y esto desde la antigüedad hasta nuestros días, bajo la noción
de la forma, algo que toma, envuelve, comanda los elementos, otorgándoles un
cierto tipo de finalidad que es, en el conjunto de la ascensión de lo elemental
hacia lo complejo, de lo inanimado hacia lo animado, algo que tiene, sin duda,
su enigma y su valor propio, su orden de realidad, pero que es diferente –es lo
que intento articular aquí con toda su fuerza- a lo que nos aporta de novedoso,
en la nueva perspectiva científica, la puesta en valor, el desprendimiento de
lo que es aportado por la experiencia del lenguaje y de lo que la relación
significante nos permite introducir como dimensión original que se trata de
distinguir radicalmente de lo real bajo la forma de la dimensión simbólica. No
es, ustedes lo ven, por allí que abordo el problema de lo que va a permitirnos
despejar esta ambigüedad.”
Lito: O sea, que no se mete en todo eso sino va otra
parte. Bien, veamos a dónde va.
(Cita)
“De
aquí en más, asimismo, he dicho lo suficiente para que ustedes sepan, hayan
sentido, aprehendido en esos elementos de información significante, la
originalidad que aporta el trazo, digamos, de serialidad que ellos comportan,
rasgo también de discreción, quiero decir de corte, esto que de Saussure no ha
articulado mejor ni de otra manera que diciendo que lo que los caracteriza a
cada uno, es ser lo que los otros no son.”
Lito: Y ahí está la definición diacrítica, dice de
Saussure, pero introduce algo llamativo, que es hacia dónde va a ir y lo que va
a tomar de Freud del texto Psicología de
las masas y análisis de yo, del capítulo sobre las identificaciones, es el
hecho de la serialidad, toma de allí la cuestión de que sea uno diferente de
otro. Y lo que a él le interesa es justamente eso: que cada significante
definido diacríticamente es uno, pero uno que es absolutamente diferente a
otro. Tal es así que ese uno marca una diferencia no del orden cuantitativo ni
del orden cualitativo. Uno podría decir un significante es diferente a otro
porque uno es rojo y otro es verde, ahí tendríamos una diferencia cualitativa
marcada por una cualidad perteneciente al significante. Como el significante es
anterior a toda cualidad no podría ser una diferencia por la cualidad, es
obvio. Tampoco por la cantidad, porque uno podría decir que un significante es
diferente a otro porque uno pesa 10 kilos y otro pesa 20 kilos, o uno mide la
longitud de la onda del sonido y otro mide otra cosa. Entonces, tampoco es la
cantidad porque la cantidad para que aparezca también es necesario el orden del
significante, o sea una serie. Bien, tanto para la cantidad como para la
cualidad decimos que necesitamos primero esta serie de unos, unos diferentes de
otros. Pero diferentes absolutamente. ¿Qué quiere decir? Quiere decir que no
son diferenciables ni por cantidad ni por calidad sino por ser diferentes.
¿Está claro eso? Va a volver varias veces a esto, porque esto es la base, en
última instancia, de este seminario.
(Cita)
“Diacronía
y sincronía son los términos a los cuales les he indicado referirse, aún todo
esto no está plenamente articulado, debiendo ser hecha la distinción de esta
diacronía de hecho: demasiado a menudo ella es solamente lo que es apuntado,
señalado en la articulación de las leyes del significante.”
Lito: Eso es claro ¿no? la diacronía es siempre la serie.
Clase: No me quedó claro la diferencia absoluta, entendí
las distinciones, los por qué no. Digamos, por qué no podés tomar como una
diferencia cualitativa o como una diferencia cuantitativa, pero me queda la
cuestión de que son uno, son diferentes entre sí, pero uno los reconoce como
significantes a todos. Hay algo que los hace reconocer a todos como
significantes pero son diferentes.
Lito: Sí, es eso que vos decís, la dificultad que uno
tiene cuando habla de significantes. Por eso Lacan, más adelante, para poder
situar esto necesita un neologismo y habla de essaim; essaim S1 en su valor de
rasgo suena como enjambre. El problema es que cuando nosotros decimos los
significantes, ¿qué hacemos? En la serie hacemos esto, producimos un corte
donde a partir de excluir un significante en esa serie nombramos a todos los
demás. Eso es hablar de significantes porque se filtra inmediatamente algo que
es del orden de la significación.
Clase: ¿O sea que es por el efecto que produce, que es del
orden del efecto?
Lito: Primero es del orden del efecto de significación, y
segundo porque vos estás hablando, estamos utilizando un universal, un
universal del significante. Es cierto que eso existe, existe el universal de
los significantes. Pero en su definición misma, no en el lugar del sentido, de
la significación, cada significante en tanto es una diferencia de otros, en
relación a otros significantes; es en esa relación donde se sitúa este tema del
significante en su diferencia absoluta. Es difícil de entender, te voy a traer
un ejemplo que da más adelante, me adelanto a lo que viene, esto va a la
definición misma de rasgo unario. Hay una teoría que se desprende de Lacan que es
contar con la relación biunívoca, es anterior a la cuenta de la serie 1,2,3,4,5…
¿sí?, cuando un cazador -toma ese ejemplo- sale a cazar y en cada caza hace un
palote sobre un hueso que representa cada vez que éste salió a matar animales; cada
una de estas marcas podrían ser diferentes en su tamaño, ser diferente en
relación a su espesor, podrían inclusive ser marcadas con colores diferentes,
todo eso no importa. Y es cierto que uno podría pensar que hay una diferencia
cualitativa o cuantitativa en relación a cada una de esas marcas. Pero como
marca que retiene en sí la unidad de la caza o de la unidad de cada vez que el
sujeto salió a cazar, esa rayita, esa diferencia no es una diferencia
cuantitativa ni cualitativa, solamente es una diferencia marcada como absoluta.
En el sentido que mantiene absolutamente una unidad, pero es la unidad de una,
una, una, una, una de cada una de las veces que este sujeto salió a cazar. Y
esa unidad que requiere esta marca no es definible en una diferencia
cuantitativa o cualitativa, sino solamente es diferente en una diferencia que
llamamos absoluta porque no es ni
cuantitativa ni cualitativa. Podrían ser estas rayas absolutamente iguales, sin
ninguna diferencia, y sin embargo funcionan como diferentes, porque cada una
retiene una relación con el hecho de la caza diferente a otra. Otro ejemplo,
sería lo mismo el tren de las 10:15’ marca una relación no cuantitativa ni
cualitativa, porque uno podría estudiarlo cuantitativa o cualitativamente. Por
ejemplo el horario de las 10:15’, el de las 14:30, el de tal cosa, tal otra y
decir, sí, ahí hay algo cuantitativo por el horario, sino yo pierdo el tren. Hay
un aspecto que es el de la significación que podría tomar, pero hay un aspecto que
es que cada uno de esos 10:15’ funciona en relación a los otros que marcan nada
más que distintos trenes, como diferencias.
Clase: Me perdí, cuando vos hablás de las marcas, cada una
de ellas es significante o el conjunto de ellas.
Lito: No, cada una de ellas.
Clase: Sí, lo pensaba por el lado de hacer serie.
Lito: Pero ahí no hacen serie. Cada una es una en sí misma
absolutamente diferente a la otra y no hacen serie, ésta es la idea. La marca
como tal que está fechada acá diacríticamente es una cadena pero que todavía no
hace serie. Una serie significa ya otra cosa, que diga 1, 2, 3, 4... nombrarlas,
numerarlas, etc.
Clase: Pero podría pensarse que cada una de las marcas es
diferente a las otras porque se refieren... o sea por la cadena significante,
digamos, por las cuales se han relacionado cada una.
Lito: Uno podría decir, fíjate, va más allá todavía, que
introduce la diferencia en lo real casi. Uno podría decirlo así, porque si yo
en vez de poner la caza pongo ovejitas para contar, y digo, cada una de estas
marcas es una ovejita, cada vez que meto las ovejitas en el corral y miro cada
marca, tiene que haber una ovejita por cada marca. Y al final si entraron todas
las ovejitas, a cada una le correspondía una marca. Estas marcas que él
introduce, es cierto, es una diferencia entre las ovejitas, pero cada una de
estas marcas es una diferencia, porque una es de una ovejita, otra de otra
ovejita, pero es una diferencia.
Clase: No sé si queda más claro con eso.
Lito: Sí, pero lo que pasa es que tenemos que avanzar, porque
ese tema es exactamente el concepto de rasgo
unario. Y hay ahí dos conceptos en juego que son: la relación entre la marca y el objeto. La demostración de Lacan es que cada una de estas marcas en
tanto relacionada con un objeto produce un efecto de pérdida del objeto pero
una retención de la duplicidad de la marca. Lo uno, lo que vale, lo que le
queda a la marca del objeto es cada marca que tiene el valor de uno, de unidad.
Pero es una unidad marcada por la diferencia, no es una unidad de la totalidad,
eso se lee claro porque cada una representa una ovejita ¿no?
Clase: ¿En ese sentido la serialidad sería anterior?
Lito: Un paso anterior. Y el ejemplo famoso de Juan, Pablo
y yo, tengo tres hermanos muestra que para constituirse la serialidad es
necesario un paso más que una marca, es la introducción del sujeto. Hasta que
no se introduce el sujeto no hay serie.
Clase: ¿Hasta ahí teníamos la mirada del otro nada más, en
la serie habría la introducción del sujeto?
Lito: Y sí, por lo menos constitución del sujeto. Es un
tema que hay que darle vueltas y preguntárselo, porque no es fácil. A mí la
primera vez que leí diferencia absoluta me pareció que era una locura decir
“diferencia absoluta”, la diferencia que se piensa es de una con otra, ¿cómo va
a ser diferencia absoluta? ¿Dónde está lo absoluto de la diferencia?
Clase: Es lo que Saussure llama “pura diferencia”.
Lito: Es lo que Saussure y Lacan piensan con el principio
diacrítico de Saussure, que es una pura diferencia. Es interesante, es cierto, tan
pura es esa diferencia que ninguna otra diferencia es posible de ser pensada si
no es partiendo de esa. Lo que pasa que no es algo observable, no, es algo que
es un esfuerzo de construcción lógica. Me gustaría que sigan cuestionando todo
esto, porque cuanto más lo cuestionemos más nos vamos a acercar al concepto de diferencia absoluta, que es el primer
paso para poder entrar en el concepto de significante a-semántico, del nombre
propio, el concepto de letra, de rasgo unario.
Clase: Es justamente la dificultad que tiene aprehenderlo.
Lito: Estamos de acuerdo que podrían ser absolutamente
iguales cada una de estas marquitas y sin embargo en la relación con la
experiencia, llamémosla así, cada una de estas marquitas toma un rasgo
diferencial, es una. Claro que nosotros estamos muy metidos en la serie.
Clase: Claro, es difícil atraparlo antes.
Lito: Antes, y hay que pensarlo como si uno no está en la
serie, imaginarse que es un hombre de la prehistoria y que sale a cazar y la
única forma de registrar eso para no olvidarse es hacer una marca, tiene un
valor libidinal, es lo que hacía Sade. Sade hacía marca con cada una de sus
experiencias. Seguimos un poco más en el texto.
(Cita)
“Dada
la diacronía de derecho por donde reencontramos la estructura, asimismo la
sincronía no es decirlo todo, lejos de ahí, implica la simultaneidad virtual en
cierto sujeto supuesto del código, pues es volver a encontrar aquello de lo que
la última vez encontraba, hay para nosotros una entidad insostenible.
Quiero
decir entonces que no podemos contentarnos de ninguna manera con recurrir a
esto, pues no es más una de las formas de lo que denunciaba al final de mi
discurso de la última vez bajo el nombre de Sujeto supuesto Saber. He ahí por
qué comienzo de esta manera este año mi introducción a la cuestión de la
identificación. Se trata de partir de la dificultad misma, aquella que nos es
propuesta por el hecho mismo de nuestra experiencia, de donde ella parte, de
eso a partir de lo cual nos es necesario articularla, teorizarla. Es que no
podemos en modo alguno, ni siquiera como aproximación, promesa de futuro,
referirnos como Hegel lo hace, a alguna terminación posible. Justamente, porque
no tenemos ningún derecho de plantearla como posible del sujeto en algún saber
absoluto.
Este
Sujeto supuesto Saber tenemos que aprender a prescindir de él en todo momento. No
podemos recurrir a él en ningún momento, esto está excluido por una experiencia
que tenemos ya desde el seminario sobre el deseo y sobre la interpretación -primer
trimestre publicado- es muy precisamente lo que me ha parecido en todo caso, no
poder ser suspendido de esta publicación, pues está ahí el término de toda una
fase de esta enseñanza que hemos hecho y es: que ese sujeto que es el nuestro,
este sujeto que me gustaría hoy interrogar para ustedes a propósito de la
demarcación cartesiana, es el mismo que en ese primer trimestre les he dicho no
podemos aproximarlo más allá que lo hecho en ese sueño ejemplar que lo articula
entero en torno a la frase “él no sabía que estaba muerto”.
Lito: Una clave, lo primero que tenemos que ver es la
oposición de Lacan a la salida cartesiana, por el lado de suponerle un sujeto
al saber. Eso no es todavía el sujeto supuesto saber como lo va a definir Lacan
más adelante en el Seminario XI, pero lo que empieza a situar es que esa teoría
del S.s.S significa que no va a haber un sujeto acabado en sí mismo en relación
al saber absoluto hegeliano, nosotros nos vamos a apartar absolutamente de
esto. Y la noción de sujeto tal cual como es planteada en el cogito cartesiano
nos deja en el mismo lugar de “él no sabía que estaba muerto”, porque para que
él sepa que estaba muerto -es absolutamente imposible- faltaría el significante
que signifique la muerte. O sea, que yo una vez muerto pueda saberme muerto,
cosa que es imposible.
Clase: ¿No va a poder decidirse?
Lito: Pero esa identificación que lo constituye nunca
alcanza a que el sujeto sea un uno totalizado puede ser 1, 1, 1, 1, 1 pero
nunca 1 que abarque a todos los unos. Eso lo muestra Borges por ejemplo cuando
le preguntaban: Pero maestro usted según quién le pregunte es lo que contesta,
usted contesta cosas diferentes. Entonces él dice: yo respondo según quién me
pregunta. Claro, Borges había alcanzado este punto de que él se sabía que era
uno, uno, uno, uno; pero sabía que no podía ser uno que fuera todo. Y en los
cuentos borgeanos esto lo podemos encontrar mucho. El famoso encuentro con el otro,
¿cómo se llama ese cuento donde él se encuentra con el hijo de joven? El otro, ¿el
Otro con mayúscula? En ese cuento está jugado siempre este tema: uno, uno, uno,
que es el uno que no alcanza a ser un uno que hace un todo.
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