domingo, 4 de agosto de 2013

3ra reunión, 2da parte

El revés de Lacan



3ra reunión del 2013 2da parte 
Gerardo Maeso-Lito Matusevich

Comentario: Por eso yo me preguntaba por las patologías del acto.

Lito: Me parece que las patologías del acto van por el lado de la procastinación, justamente lo procastinado es el acto. En cambio en la modernidad la gente no sé si tiene problema con el acto, actúan demasiado –actúan, no sé si con el acto–; pero me parece que hay otra cuestión, si hay algo que se procastina hoy no es el saber, es el goce, en su versión fálica. Digo “su versión fálica” porque me parece que el objeto a va en la misma versión fálica que el falo. No es el goce en el cuerpo, sino el goce del cuerpo.
Estamos en el inicio, la respuesta que está construyendo Miller es una respuesta a eso, ver de qué se trata el psicoanálisis en relación a ya no una procastinación de un acto, sino a un goce que no es el semblante fálico exactamente.
Me sorprendió mucho qué relación tiene el cuerpo con el objeto a. Cuando Lacan trabaja el triángulo de Pierce vuelve a sostener que lo que plantea Pierce, en realidad, es una teoría del semblante, del objeto a como semblante; lo que está atrás de eso es “Encore” (Aún), el cuerpo dentro del cuerpo, es “dentro de” también. Ese es el triángulo de Pierce. Yo había estudiado bastante Pierce en una época, pero el punto que me pareció interesante es que donde está el objeto en realidad hay dos objetos diferentes. Hay dos objetos, un objeto que se llama dinámico, que ya es el objeto elevado a nivel del concepto, pero hay otro objeto que sería lo real, del cual depende, pero que está en ex–sistencia en relación al semblante.
Estuve investigando esto, porque quería saber cuál era la diferencia entre Pierce y Frege. Me llamó la atención. Donde Lacan introduce el cuerpo como cuerpo es ahí en “Ou Pire”, cuando dice “un corps”, un cuerpo; cuando habla de semblante no habla de “los cuerpos”, sino de “un cuerpo”. Tiene varios sentidos, “un cuerpo”, “dentro del cuerpo”.

Comentario: Habla de la confrontación del cuerpo.

Lito: No dice “confrontación”, dice “presencia”. Lo que me parece que es interesante es cómo él va derivando de ese “un cuerpo” al goce femenino, no es casual que pusiera en el seminario XX, en “Encore”, la estatua de Bernini del goce de Santa Teresa. Ahí, ese goce de Santa Teresa, eso es “Aún”. Se ve nada más que esa cara increíble. El cuerpo atrapado en el discurso le pasa lo que dice Gerardo.

Comentario: Yo lo estoy investigando por el tema de la presencia del cuerpo del analista, que va más allá del sujeto supuesto al saber.

Lito: Empieza a separarse... esta es la cuestión: no hay relación entre el cuerpo, no hay confrontación, no hay nada, no son discursivos.

Gerardo: En las preeliminares define que no hay discurso, hay una presencia de dos cuerpos.

Comentario: Que están hermanados, por estar atravesados por el lenguaje, no quiere decir que haga discurso, que haya relación, ni que haya pasaje de un goce al otro, ni nada que se le parezca.

Gerardo: Me parece que la hermandad él la define por el discurso, son hermanos de discurso, o sea que la hermandad, la relación, se empieza a armar a partir de los discursos.
Lito: Por eso en lalangue hay un cambio tan grande en eso, y eso es lo difícil de poder ubicar. Cuando se refiere a la nominación en el seminario XXIV, habla de Frege, y hay que tratar de ver por qué pasa de un lugar a otro. Es importante la diferencia entre Pierce y Frege; cómo ahí, en esta diferencia que se inscribe entre Pierce y Frege, encuentra Lacan. No sé si sabía tanto, pero tenía ese bocho genial que le permitía ir a buscar los hitos donde podía inventar.

Gerardo: Claro, de nutrirse de elementos para inventar.

Lito: Y para dejarte los rastros donde vos vayas a beber.

Comentario: Lo más importante de Lacan es la posibilidad de inventar, y no le importaba tanto la rigurosidad.

Lito: No, ninguna rigurosidad. En ese sentido se c... en los lógicos; cuando trabaja la lógica de Klein en el seminario, el texto que trabajó él que lo habíamos traducido acá, como si ahí fuera a estar la verdad, después comparás lo que escribió el lógico ese con lo que inventó Lacan y nada que ver.

Gerardo: Lo aprendí con Delia Elmer eso, le buscaba la vuelta.

Lito: Pero había ciertas cosas que le interesaban. En realidad el grupo de Klein, lo usa a Lévi-Strauss para explicar el fenómeno social, a él le interesa, pero después lo cambia y hace un uso muy personal de eso, que no quiere decir que esté mal, es otro uso.

Gerardo: De la clase 9 hay algunas cosas que trabajar. En la página 7, vamos a checkear un poco los términos con los que nos manejamos todos.

El uno de goce por el cual debió ser inventado, promovido en nuestros días el término de adicción... Decía entonces que el término cadena, (me parece que es homólogo a la cadena significante), viene a resultar inapropiado y es en el registro propio de la cadena donde corresponde hablar de ley”.

Es decir que en la cadena significante, es donde uno puede hablar de ley y puede hablar de antecedente-consecuente, causa-efecto.

Lito: Eso lo dice Lacan en el seminario, cuando dice: “la lógica del significante es la ley”.

Gerardo: Exacto, y deseo y ley es lo mismo.

Comentario: En el seminario XI.

Lito: Y en el VII, y en el X.

Gerardo:Lacan precisamente había destacado las leyes de la cadena significante. Su célebre ejemplo del alfa-beta-gama-delta, (eso es en “La Carta Robada”) está hecho para manifestar de qué manera a partir de una simple sucesión de más y menos se obtienen leyes complejas que parecían ser las leyes del azar”.
“Cuando nos situamos en el nivel de la reiteración”, la reiteración que Miller va a plantear como diferente de la repetición, en tanto en la repetición se reitera una falta, y en la reiteración se reitera –es otra manera– una irrupción de goce.
“Ya no tenemos leyes ahí en la reiteración y es en el nivel donde Lacan plantea lo real es sin ley. Es sin ley en relación a la cadena significante, lo cual no quiere decir que sea sin causa” (en tanto en la cadena significante vive la ley). Aquí viene el tema, ley y causa.
“Ley y causa son términos a distinguir, la causa se inscribe allí donde la ley tropieza, aquí lo real tiene una causa que es la conjunción del Uno y del goce”.
Ley y causa son términos a distinguir, precisamente la causa se inscribe allí donde la ley tropieza. Este es Lacan del seminario X, de “La Angustia”, es la ronda de significantes, uno agarrado en la ronda y de pronto emerge algo que hace hiancia, obstáculo, y la ley tropieza. Entra la idea que él tenía entre la relación de la causa del deseo y el deseo como deseo no efectuado de algo que intenta irrumpir, que sería el objeto a, pero no como propulsor de algo, sino como tropiezo, como obstáculo.
Aquí lo real tiene una causa, pero cuando él define la causa acá es de diferente naturaleza al tropiezo. Es la conjunción del Uno y del goce.

Lito: No es el tropiezo me parece, lo que él dice en el seminario XI es que entre causa y efecto hay hiancia, hay separación. En este lugar la cuestión es qué relación hay, porque hay que instalar la pregunta, qué se está preguntando en el seminario XI. Él había venido desde el seminario VII, de una disyunción absoluta entre causa y significante, a partir de ahí él empieza a buscar una relación posible entre significante y goce, o real; cuál es la posibilidad de que haya una relación entre esos, ahí es que empieza a buscar un real que tenga alguna relación con el significante (eso es el Seminario XI); ahí es donde instaura la diferencia entre ley y causa, dice ley y causa no es lo mismo, entre la causa y la ley hay diferencias. Pone el ejemplo de la pelota, el fenómeno de acción y reacción. Si uno tira una pelota contra la pared, ¿dónde está la causa? La causa es el golpe, ahí es donde se detiene y eso es diferente a la ley que significa que va a volver siempre, que va a rebotar. Él dice, ahí se ve la separación, cuando hay causa, cuando algo fracasa, por ejemplo, se te descompone el coche, el coche se descompuso, hay una causa, cuando vos tenés la causa vas a buscar la ley, pero en una separación, hay separación, hay hiancia entre causa y ley.

Comentario: ¿Es la diferencia entre tyché y automatón?

Lito: Es la diferencia entre tyché y automatón. El automatón es alfa-beta-gama-delta, la tyché le interesa a Lacan porque escapa al alfa-beta-gama-delta, la tyché es el azar como causa.

Comentario: Pero igualmente en el seminario XI va a ubicar el objeto a como causa, y acá va a ubicar el Uno como causa.

Gerardo: Éste es el tema.

Lito: Miller mismo se critica esto.

Comentario: ¿La idea del Uno como causa?

Gerardo: Ahí lo que plantea como causa es la conjunción.

Lito: En el seminario XI no hay conjunción, creo que lo que Miller se critica en él, él mismo dice otra cosa mucho antes, en “La ultísima enseñanza...”.

Gerardo: Tiene una causa que es la conjunción del el Uno y del goce.
Lito: Eso está cuestionado cuando él sitúa que no hay causas, tiene una posición diferente. Cuando él sitúa que no hay causas, sino sería contradictorio con lo que dice, que no se puede pensar en la dimensión de la causa, lo que es es, la rosa es sin por qué, el goce es sin por qué; porque si vos estás introduciendo en el goce, el Uno y el cuerpo, como causa uno del otro, lo que estás introduciendo ahí es un por qué.
Lo que vos leíste de Deleuze está mostrando que, hablar de conjunción, significa hablar de dos, cuando no hay dos, hay uno solo. Por eso el “Encore”, como lo escribe en la fórmula de la “La ultísima enseñanza de Lacan”, el Uno, en realidad es un neologismo, está todo unido eso; no se puede pensar que el goce del cuerpo sea algo del orden de la causa, si es del orden de la causa está en relación a una ley y tiene efectos, en cambio, lo que se reitera siempre igual no tiene ningún efecto, es una pura reiteración, sin ley y sin causa.

Gerardo: Es lo que yo veía como contradicción.

Lito: Contradictorio con lo que venía desarrollando.

Gerardo: Aquí lo real tiene una causa que es la conjunción del Uno y el goce. Ahí la conjunción no es la relación antecedente consecuente.

Lito: Sí, pero es una relación igual. Para que haya conjunción tiene que haber dos.

Comentario: ¿No sería el encuentro entre el Uno y el goce?

Lito: Tampoco, Lacan no usó la palabra “encuentro”, usó la palabra “acontecimiento”, el acontecimiento no es un encuentro, para que haya encuentro tiene que haber dos, para el acontecimiento no, es uno solo.

Comentario: ¿Y de esto Miller dónde se desdice?

Lito: En la conferencia que dio en Buenos Aires, y acá dice “no hay causa”, cualquier causa es del orden del sujeto supuesto al saber, quiere decir que esto es del orden del sujeto supuesto al saber. Y diría más, en esta misma clase, hay un punto en que vuelve a tomar la frase del seminario XXIV:“el psicoanálisis es un sesgo práctico para sentirse mejor”, un sesgo práctico no tiene nada que ver con una teoría o un dogma.“El psicoanálisis es en efecto una práctica”, eso quiere decir que no es una teoría, ella implica una puesta en acto, es una puesta en acto nada más, y ¿qué significa que no es una teoría? Toda teoría se construye en relación a causa-efecto, las teorías se deducen de las categorías kantianas, en cambio él está diciendo, situando esto, está haciendo teoría, es otra contradicción, del goce no se puede decir nada. Por eso él dice:“La interpretación cambia, la interpretación es eso nada más”, porque no hay teoría de la interpretación, no hay hiancia posible que dé lugar a la posibilidad de una interpretación. Me parece que es contradictorio lo que dice acá.

Comentario: Luego sigue con la dialéctica en relación a la pulsión.

Lito: Cuando vos hablás de la identifixierung estás pensando en la conjunción del Uno y del goce.

Gerardo: Claro, porque estoy pensando en la fijación.

Lito: Porque estás pensando en la fijación. La crítica que hacíamos la vez pasada es justamente a esto.

Gerardo: Claro, que en la fijación hay una conexión entre libido y significante.

Comentario: Ya es semblante.

Lito: Sí, ya es semblante. El gran problema que creo que nos angustió tanto, es que cuando vos entrás en esta definición de lo real, todo lo que digas es semblante, todo lo que se pueda decir es semblante, entonces te quedás con las manos vacías. Tan fuerte es esto que el matemático le dice a Miller en “La ultísima enseñanza...” que eso es estar en contra del psicoanálisis o no quiere mucho al psicoanálisis. Es cierto, que cuando entrás en esta posición extrema el mundo es un semblante, el hablar es el semblante.
Gerardo: Es el contrapsicoanálisis, en el sentido de hacer la operación inversa, es el reverso.

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