El revés de
Lacan
3ra
reunión del 2013 2da parte
Gerardo
Maeso-Lito Matusevich
Comentario:
Por eso yo me preguntaba por las patologías del acto.
Lito:
Me parece que las patologías del acto van por el lado de la
procastinación, justamente lo procastinado es el acto. En cambio en
la modernidad la gente no sé si tiene problema con el acto, actúan
demasiado –actúan, no sé si con el acto–; pero me parece que
hay otra cuestión, si hay algo que se procastina hoy no es el saber,
es el goce, en su versión fálica. Digo “su versión fálica”
porque me parece que el objeto a
va en la misma versión fálica que el falo. No es el goce en el
cuerpo, sino el goce del cuerpo.
Estamos
en el inicio, la respuesta que está construyendo Miller es una
respuesta a eso, ver de qué se trata el psicoanálisis en relación
a ya no una procastinación de un acto, sino a un goce que no es el
semblante fálico exactamente.
Me
sorprendió mucho qué relación tiene el cuerpo con el objeto a.
Cuando Lacan trabaja el triángulo de Pierce vuelve a sostener que lo
que plantea Pierce, en realidad, es una teoría del semblante, del
objeto a
como semblante; lo que está atrás de eso es “Encore” (Aún),
el cuerpo dentro del cuerpo, es “dentro de” también. Ese es el
triángulo de Pierce. Yo había estudiado bastante Pierce en una
época, pero el punto que me pareció interesante es que donde está
el objeto en realidad hay dos objetos diferentes. Hay dos objetos, un
objeto que se llama dinámico, que ya es el objeto elevado a nivel
del concepto, pero hay otro objeto que sería lo real, del cual
depende, pero que está en ex–sistencia en relación al semblante.
Estuve
investigando esto, porque quería saber cuál era la diferencia entre
Pierce y Frege. Me llamó la atención. Donde Lacan introduce el
cuerpo como cuerpo es ahí en “Ou Pire”, cuando dice “un
corps”, un cuerpo; cuando habla de semblante no habla de “los
cuerpos”, sino de “un cuerpo”. Tiene varios sentidos, “un
cuerpo”, “dentro del cuerpo”.
Comentario:
Habla de la confrontación del cuerpo.
Lito:
No dice “confrontación”, dice “presencia”. Lo que me parece
que es interesante es cómo él va derivando de ese “un cuerpo”
al goce femenino, no es casual que pusiera en el seminario XX, en
“Encore”, la estatua
de Bernini
del goce de Santa Teresa. Ahí, ese goce de Santa Teresa, eso es
“Aún”. Se ve nada más que esa cara increíble. El cuerpo
atrapado en el discurso le pasa lo que dice Gerardo.
Comentario:
Yo lo estoy investigando por el tema de la presencia del cuerpo del
analista, que va más allá del sujeto supuesto al saber.
Lito:
Empieza
a separarse... esta es la cuestión: no hay relación entre el
cuerpo, no hay confrontación, no hay nada, no son discursivos.
Gerardo:
En las preeliminares define que no hay discurso, hay una presencia de
dos cuerpos.
Comentario:
Que están hermanados, por estar atravesados por el lenguaje, no
quiere decir que haga discurso, que haya relación, ni que haya
pasaje de un goce al otro, ni nada que se le parezca.
Gerardo:
Me parece que la hermandad él la define por el discurso, son
hermanos de discurso, o sea que la hermandad, la relación, se
empieza a armar a partir de los discursos.
Lito:
Por eso en lalangue
hay un cambio tan grande en eso, y eso es lo difícil de poder
ubicar. Cuando se refiere a la nominación en el seminario XXIV,
habla de Frege, y hay que tratar de ver por qué pasa de un lugar a
otro. Es importante la diferencia entre Pierce y Frege; cómo ahí,
en esta diferencia que se inscribe entre Pierce y Frege, encuentra
Lacan. No sé si sabía tanto, pero tenía ese bocho genial que le
permitía ir a buscar los hitos donde podía inventar.
Gerardo:
Claro, de nutrirse de elementos para inventar.
Lito:
Y para dejarte los rastros donde vos vayas a beber.
Comentario:
Lo más importante de Lacan es la posibilidad de inventar, y no le
importaba tanto la rigurosidad.
Lito:
No, ninguna rigurosidad. En ese sentido se c... en los lógicos;
cuando trabaja la lógica de Klein en el seminario, el texto que
trabajó él que lo habíamos traducido acá, como si ahí fuera a
estar la verdad, después comparás lo que escribió el lógico ese
con lo que inventó Lacan y nada que ver.
Gerardo:
Lo aprendí con
Delia Elmer
eso,
le buscaba la vuelta.
Lito:
Pero había ciertas cosas que le interesaban. En realidad el grupo de
Klein, lo usa a Lévi-Strauss para explicar el fenómeno social, a él
le interesa, pero después lo cambia y hace un uso muy personal de
eso, que no quiere decir que esté mal, es otro uso.
Gerardo:
De la clase 9 hay algunas cosas que trabajar. En la página 7, vamos
a checkear un poco los términos con los que nos manejamos todos.
“El
uno de goce por el cual debió ser inventado, promovido en nuestros
días el término de adicción... Decía entonces que el término
cadena, (me
parece que es homólogo a la cadena significante),
viene a resultar inapropiado y es en el registro propio de la cadena
donde corresponde hablar de ley”.
Es
decir que en la cadena significante, es donde uno puede hablar de ley
y puede hablar de antecedente-consecuente, causa-efecto.
Lito:
Eso lo dice Lacan en el seminario, cuando dice: “la lógica del
significante es la ley”.
Gerardo:
Exacto,
y deseo y ley es lo mismo.
Comentario:
En el seminario XI.
Lito:
Y en el VII, y en el X.
Gerardo:
“Lacan
precisamente había destacado las leyes de la cadena significante. Su
célebre ejemplo del alfa-beta-gama-delta,
(eso es en “La Carta Robada”)
está hecho para manifestar de qué manera a partir de una simple
sucesión de más y menos se obtienen leyes complejas que parecían
ser las leyes del azar”.
“Cuando
nos situamos en el nivel de la reiteración”,
la reiteración que Miller va a plantear como diferente de la
repetición, en tanto en la repetición se reitera una falta, y en la
reiteración se reitera –es otra manera– una irrupción de goce.
“Ya
no tenemos leyes ahí en la reiteración y es en el nivel donde Lacan
plantea lo real es sin ley. Es sin ley en relación a la cadena
significante, lo cual no quiere decir que sea sin causa” (en
tanto en la cadena significante vive la ley). Aquí
viene el tema, ley y causa.
“Ley
y causa son términos a distinguir, la causa se inscribe allí donde
la ley tropieza, aquí lo real tiene una causa que es la conjunción
del Uno y del goce”.
Ley
y causa son términos a distinguir, precisamente la causa se inscribe
allí donde la ley tropieza. Este es Lacan del seminario X, de “La
Angustia”, es la ronda de significantes, uno agarrado en la ronda y
de pronto emerge algo que hace hiancia, obstáculo, y la ley
tropieza. Entra la idea que él tenía entre la relación de la causa
del deseo y el deseo como deseo no efectuado de algo que intenta
irrumpir, que sería el objeto a, pero no como propulsor de
algo, sino como tropiezo, como obstáculo.
Aquí
lo real tiene una causa, pero cuando él define la causa acá es de
diferente naturaleza al tropiezo. Es la conjunción del Uno y del
goce.
Lito:
No es el tropiezo me parece, lo que él dice en el seminario XI es
que entre causa y efecto hay hiancia, hay separación. En este lugar
la cuestión es qué relación hay, porque hay que instalar la
pregunta, qué se está preguntando en el seminario XI. Él había
venido desde el seminario VII, de una disyunción absoluta entre
causa y significante, a partir de ahí él empieza a buscar una
relación posible entre significante y goce, o real; cuál es la
posibilidad de que haya una relación entre esos, ahí es que empieza
a buscar un real que tenga alguna relación con el significante (eso
es el Seminario XI); ahí es donde instaura la diferencia entre ley y
causa, dice ley y causa no es lo mismo, entre la causa y la ley hay
diferencias. Pone el ejemplo de la pelota, el fenómeno de acción y
reacción. Si uno tira una pelota contra la pared, ¿dónde está la
causa? La causa es el golpe, ahí es donde se detiene y eso es
diferente a la ley que significa que va a volver siempre, que va a
rebotar. Él dice, ahí se ve la separación, cuando hay causa,
cuando algo fracasa, por ejemplo, se te descompone el coche, el coche
se descompuso, hay una causa, cuando vos tenés la causa vas a buscar
la ley, pero en una separación, hay separación, hay hiancia entre
causa y ley.
Comentario:
¿Es la diferencia entre tyché
y automatón?
Lito:
Es la diferencia entre tyché
y automatón.
El automatón
es alfa-beta-gama-delta, la tyché
le interesa a Lacan porque escapa al alfa-beta-gama-delta, la tyché
es el azar como causa.
Comentario:
Pero igualmente en el seminario XI va a ubicar el objeto a
como causa, y acá va a ubicar el Uno como causa.
Gerardo:
Éste es el tema.
Lito:
Miller mismo se critica esto.
Comentario:
¿La idea del Uno como causa?
Gerardo:
Ahí lo que plantea como causa es la conjunción.
Lito:
En el seminario XI no hay conjunción, creo que lo que Miller se
critica en él, él mismo dice otra cosa mucho antes, en “La
ultísima enseñanza...”.
Gerardo:
Tiene
una causa que es la conjunción del el Uno y del goce.
Lito:
Eso está cuestionado cuando él sitúa que no hay causas, tiene una
posición diferente. Cuando él sitúa que no hay causas, sino sería
contradictorio con lo que dice, que no se puede pensar en la
dimensión de la causa, lo que es es, la rosa es sin por qué, el
goce es sin por qué; porque si vos estás introduciendo en el goce,
el Uno y el cuerpo, como causa uno del otro, lo que estás
introduciendo ahí es un por qué.
Lo
que vos leíste de Deleuze está mostrando que, hablar de conjunción,
significa hablar de dos, cuando no hay dos, hay uno solo. Por eso el
“Encore”, como lo escribe en la fórmula de la “La ultísima
enseñanza de Lacan”, el Uno, en realidad es un neologismo, está
todo unido eso; no se puede pensar que el goce del cuerpo sea algo
del orden de la causa, si es del orden de la causa está en relación
a una ley y tiene efectos, en cambio, lo que se reitera siempre igual
no tiene ningún efecto, es una pura reiteración, sin ley y sin
causa.
Gerardo:
Es lo que yo veía como contradicción.
Lito:
Contradictorio con lo que venía desarrollando.
Gerardo:
Aquí lo real tiene una causa que es la conjunción del Uno y el
goce. Ahí la conjunción no es la relación antecedente consecuente.
Lito:
Sí, pero es una relación igual. Para que haya conjunción tiene que
haber dos.
Comentario:
¿No sería el encuentro entre el Uno y el goce?
Lito:
Tampoco, Lacan no usó la palabra “encuentro”, usó la palabra
“acontecimiento”, el acontecimiento no es un encuentro, para que
haya encuentro tiene que haber dos, para el acontecimiento no, es uno
solo.
Comentario:
¿Y de esto Miller dónde se desdice?
Lito:
En la conferencia que dio en Buenos Aires, y acá dice “no hay
causa”, cualquier causa es del orden del sujeto supuesto al saber,
quiere decir que esto es del orden del sujeto supuesto al saber. Y
diría más, en esta misma clase, hay un punto en que vuelve a tomar
la frase del seminario XXIV:“el
psicoanálisis es un sesgo práctico para sentirse mejor”,
un sesgo práctico no tiene nada que ver con una teoría o un
dogma.“El
psicoanálisis es en efecto una práctica”,
eso quiere decir que no es una teoría, ella implica una puesta en
acto, es una puesta en acto nada más, y ¿qué significa que no es
una teoría? Toda teoría se construye en relación a causa-efecto,
las teorías se deducen de las categorías kantianas, en cambio él
está diciendo, situando esto, está haciendo teoría, es otra
contradicción, del goce no se puede decir nada. Por eso él dice:“La
interpretación cambia, la interpretación es eso nada más”,
porque no hay teoría de la interpretación, no hay hiancia posible
que dé lugar a la posibilidad de una interpretación. Me
parece que es contradictorio lo que dice acá.
Comentario:
Luego sigue con la dialéctica en relación a la pulsión.
Lito:
Cuando vos hablás de la identifixierung estás pensando en la
conjunción del Uno y del goce.
Gerardo:
Claro, porque estoy pensando en la fijación.
Lito:
Porque estás pensando en la fijación. La crítica que hacíamos la
vez pasada es justamente a esto.
Gerardo:
Claro, que en la fijación hay una conexión entre libido y
significante.
Comentario:
Ya es semblante.
Lito:
Sí, ya es semblante. El gran problema que creo que nos angustió
tanto, es que cuando vos entrás en esta definición de lo real, todo
lo que digas es semblante, todo lo que se pueda decir es semblante,
entonces te quedás con las manos vacías. Tan fuerte es esto que el
matemático le dice a Miller en “La ultísima enseñanza...” que
eso es estar en contra del psicoanálisis o no quiere mucho al
psicoanálisis. Es cierto, que cuando entrás en esta posición
extrema el mundo es un semblante, el hablar es el semblante.
Gerardo:
Es el contrapsicoanálisis, en el sentido de hacer la operación
inversa, es el reverso.
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