lunes, 16 de septiembre de 2013

4ta reunión 2da parte



Comentario: En el seminario 22.
Comentario: Sería la segunda vuelta, ¿no? Entonces ese real de lo real, ¿es de lo que estamos hablando?
Comentario: Me parece que no.
Gerardo: Sí, es lo que itera, sí. Lo real de lo real es lo real irreductible.
Comentario: Es que lo que vos decís que no pasa, es totalmente afuera de lo simbólico, por más que itere, ¿cómo lo ves? Es como el autista. En el análisis lo que tratás es de que lo ex-istente, exista de algún modo.
Gerardo: Claro, pero al ponerlo por detrás…
Comentario: Para sacarlo del autismo de a dos.
Gerardo: Claro, ahora va a decir lo del autismo de a dos, ojo porque lo analiza como un delirio que uno podría armar en torno a una verdad. El autismo de a dos, lo va a decir acá mismo, es el delirio del analista y el analizado que creen encontrar una verdad y los dos se fascinan por esa verdad, y quedan prendados de la verdad. Y esa verdad termina siendo insatisfactoria, o sea porque el tipo no se cura. No se cura porque justamente itera la adicción del Il y a de l´Un. O sea, entonces diríamos que el autismo de a dos sería como, paciente analista encuentran una verdad.
Comentario: Una pregunta, ¿esa iteración del uno, del Il y a de l´Un, esa iteración que se produce en el síntoma, es de esperar que se deje de producir?
Gerardo: No, no.
Lito: No hay cura.
Gerardo: No es el punto exacto. Entonces está claro que el existiendo sería el mundo simbólico, mientras está el Il y a de l´Un por fuera. Ahora vamos a ver el problema que tenemos y cómo lo resuelve Miller acá, en la pregunta suya. Dice lo siguiente, el análisis, a través del análisis, terminable e interminable. Dice, el análisis se detiene. Pero es preciso que continúe. Entonces, ahí tenemos dos puntos. Que los americanos, nosotros, llegamos antes que ellos porque las primeras críticas que se hicieron en Francia era que nosotros nos analizábamos siempre, pasábamos de un analista a otro. ¿Por qué? Porque estaba la concepción cerrada de que el análisis se cerraba, y se terminaba. ¿No?, acá como estamos luchando con una adicción, que vuelve bajo resto sintomático, que hace siempre la presión bajo el resto sintomático, que Freud no podía reducir, estamos con que el análisis se detiene pero es preciso que continúe. Es lo que Lacan había planteado como hacer contra psicoanálisis, o sea volver a instalar la adicción. Diríamos, en la histeria que quería cerrar todo alrededor del tema de lo simbólico, había que hacer un corte para volver a reinstalar lo real, que sería la adicción. Entonces, acá dice, el análisis se detiene pero es preciso que se retome, que es hacer las tajadas que llamaba Lacan, que uno cada tanto retoma el psicoanálisis para hacer otra tajada, porque hay algo que no cesa; es lo real. Esto es importante…
Comentario: Ahora, yo te hago otra pregunta… ¿Qué diferencia entonces usted ubicaría con lo  imposible, a partir de esto? Porque da la sensación de tiene que volver, como hay algo imposible, que itera llamémoslo, entonces analicémonos toda la vida, o varias veces en la vida.
Comentario: Pero la imposibilidad es una falla de lo simbólico, es algo que va por otro lado…
Comentario: Pero lo que no me suena es resolver el problema cuando uno se analiza.
Gerardo: No, no se resuelve el problema. El problema de que el análisis finaliza es porque hay una visión simbólica del análisis. El análisis, uno podría decir, es algo que itera. O sea, que se hace en rodajas, o en esos, ¿cómo decía? rodajas…
Comentario: Tajadas.
Lito: Yo tengo otra vertiente en esto. La vertiente que yo tomaría es más teleológica, que es, ¿cuál es el fin del análisis? En ese punto yo diría lo siguiente: hay algo que tiene que ver con lo imposible, de lo imposible se llama al saber, entonces de lo que se trata en un análisis es de conquistar un saber. Eso ha sido toda la primera enseñanza de Lacan, que parte de la posibilidad de que por lo menos se puede saber, sería subjetivizar, no hay relación sexual. A donde uno llegaría. Y eso podría ser porque se consigue una vez que se acaba con el fantasma, se acaba con el nombre del padre, y lo que aparece es lo descarnado de la pulsión. Tomando términos freudianos, nada más. Lo descarnado de la pulsión, lo que quedó, como resto, es que no hay saber que alcance a eso. Esa es la adicción. En ese punto, me parece que el psicoanálisis cambia su posición teleológica; que si antes estaba dirigida a sostenerse en un saber, pasa a ser un sesgo práctico para sentirse mejor. Ese sesgo práctico para sentirse mejor, es que alguien con la pulsión como iteración -que eso no se puede cortar, que no se puede modificar- que hace algo que le da un poco de satisfacción, pero eso no garantiza que va a ser para siempre. Entonces, volver a un análisis desde ese lugar, no es volver para buscar un saber, no es para buscar algo simbólico; me parece que el tema del psicoanálisis, y que ha hecho que no solamente nosotros nos analicemos mucho sino cambiemos todo el tiempo de analista, y cambiar todo el tiempo de analista… Yo tuve cuatro análisis, una barbaridad, ¿por qué no tuve uno solo? Porque cada vez que te enfrentás con la iteración tenés la ilusión de encontrar un saber. Y sin embargo…
Gerardo: Lo vas a buscar a otro lado.
Lito: El psicoanálisis se reduce que el talento del analista es no fomentar la defensa, y no fomentar el sentido. Pero no puede hacer nada más que eso. Y ahí hay algo que a veces sucede entre dos autistas, pero se encuentra entre dos cuerpos, por eso no se puede analizar ni por internet, ni por teléfono, ni nada por el estilo. Uno puede decirle a alguien para tranquilizarlo una cosa así, pero el análisis exige el entre cuerpos.
Comentario: Lo de los dos autistas me interesó, pero fuiste muy rápido…
Lito: El análisis son dos autistas, el autismo sale cuando Lacan dice no hay comunicación. Cuando Lacan dice no hay comunicación, el análisis queda reducido al encuentro de dos cuerpos. Porque toda la enseñanza de Lacan sostenida en el saber y las posibilidades del inconsciente transferencial es la posibilidad de que el emisor reciba del receptor su propio mensaje en forma invertida. Son eso, y la repetición, son los dos postulados de que se desarrolla.
Gerardo: Claro, ahora, decís somos dos cuerpos…
Lito: Se escucha.
Comentario: Uno habla y el otro escucha…
Lito: De vez en cuando se puede llegar a decir algo. En el sentido de lo que dice Miller, me parece que todavía, es increíble, no hemos sacado las consecuencias de lo que fue la conferencia que Miller dio en Buenos Aires. La interpretación… (…) Bueno, yo no estoy de acuerdo en presentar casos. Es un ejercicio de lucimiento de los analistas, nada más. Únicamente que ¿sabés qué? Que presentar casos, que lo que signifique es ver el estado del análisis de un analista.
Gerardo: Hacerle sintomatizar, hacerle hacer un síntoma.
Lito: Que hable de lo que está haciendo. Para mi fue claro que ayer, y no es por (…). Cada uno tenía que elegir alguien para que… Yo voy a confesar algo… Alguien que tenía que elegir alguien para que hable, yo la conozco hace tiempo a Yasmina, más allá del cariño personal que tuve en su momento, también pensé que podía sostener esa escena, era una escena compleja y demás, pensé en varias personas, y decidí por ella por un artículo que escribió que me gustó. Sin más que por eso, por ese artículo. Cuando decidí quién era, lo primero que se me dice es: “me imagino que será un analizante tuyo o supervisa con vos”, y dije “no, no tiene nada que ver conmigo”. No me interesa a mi eso, me interesa elegir a alguien que pueda sostener la escena y que me parezca que pueda tener algo. Lo que yo vi en esa escena, que yo mismo estuve de acuerdo en que se haga y demás, es que había tres personas que se decían analistas y vi en una sola que había efectos de análisis. Que fue en ella, solamente. Más allá de eso, lo demás todo debatible, porque son puntos de vista cuando aparece eso, la experiencia de la clínica mostrada así es puro semblante. Tampoco hay que estar en contra del semblante, ¿qué hacemos sin el semblante?
Gerardo: Pero esto iba a un tema, que era… De las rodajas…
Lito: El tema es que la última enseñanza de Lacan va a este punto, al punto de que ya el psicoanálisis, Lacan descree tanto del saber que dice, que es lo que voy a trabajar mañana en el seminario, que es que el hombre es el prehistórico que hay, que usaba sílex para armar flechas y prender el fuego, tiene el mismo saber que el hombre de la ciencia. Ahora, hay dos cosas: decir que Lacan estaba loco, que es posible, como todos estaba un poco loco; o decir ¿en qué Lacan tenía razón en eso? (…) No, pero tampoco puede acceder mucho… Ojalá fuera un animal, porque tendría el saber que le da el saber hacer del instinto.
Comentario: Exactamente, por eso te digo, saber hacer del instinto (…) a todos, y el saber hacer de cada uno que es el humano, salvo los animales domésticos.
Gerardo: Muchas veces se neurotizan los animales domésticos.
Lito: Porque la neurosis es una enfermedad social.
Comentario: ¿Qué los animales se neurotizan?
Gerardo: Ahora va… Porque hay una cosa, realmente… Porque acá Miller va a hacer una lógica extraordinaria para mi, la encontré después de haber leído esto tantas veces… Sí, ¿Qué pregunta?
Comentario: No, no… Si esta iteración, que tiene que ver con el saber hacer que tiene que ver con algo que nada de lo simbólico, nada del saber al menos, se puede llamar que es lo pulsional… no… no es lo pulsional…
Comentario: Es el goce.
Comentario: Es lo real, es el cuerpo.
Gerardo: Porque la pulsión ya es…
Comentario: El goce real.
Comentario: Goce que no sea pulsión.
Lito: El goce no es pulsional.
Comentario: ¿Cómo no es pulsional?
Lito: La pulsión es un tratamiento del goce y de lo simbólico.
Comentario: La pulsión no tiene gramática.
Comentario: No hay gramática en la iteración.
Comentario: ¿Y el goce real tiene que ver con lo adictivo?
Comentario: Claro.
Comentario: Y la iteración ya no tiene ninguna ley.
Gerardo: No, no, está por fuera de la ley. Por eso es importante.
Lito: Ley es significante. La ley es del padre, la ley ordena.

Gerardo: Ahora, mirá lo que le pasó a Lacan, que Miller lo define acá. Esto está en la página (…). Pero no importa, esto tal vez es un pequeño, una pequeña digresión sobre una cosa que finalmente Lacan de alguna manera resuelve. El problema que hubo siempre era de la neurosis. Freud mismo no podía dar cuenta, podía dar cuenta, es decir, decía no hay cura perfecta sino que hay posibilidades (…) de la neurosis, y Freud atribuía eso ¿a qué? Al empuje pulsional. Digamos, todos estamos muy tranquilos, hasta que me viene una menopausia masculina, y hubo un empuje pulsional, de vuelta análisis, esto lo que diría… Lo que planteaba Lacan, lo que planteaba Freud, era que había resto sintomático que había que vigilar porque de alguna manera podían volver a hacer irrupción. Lo que le quedaba a Lacan de todo esto, lo que más lo obsesionaba, era la reacción terapéutica negativa. O sea el tipo conoce todas sus verdades y sigue insatisfecho. Entonces ¿qué es lo que intenta Lacan resolver con este problema del Il y a de l´Un y de la aparición de lo real? Intenta resolver el problema de la recidiva de la neurosis, diciendo que la recidiva de la neurosis es algo esperable. ¿Por qué? Porque está lo real, el goce, Il y a de l´Un, que perturba toda construcción que podamos hacer en un análisis. Entonces ya Lacan no dice más la terminación del análisis, en el sentido del cierre, el atravesamiento del fantasma, sino ya empieza a decir otra cosa. Empieza a decir, el análisis un poco no se termina porque alguien es, está en una adicción constante con ese Il y a de l´Un, con el cual hay que sentirse mejor. Y cuando uno se siente mejor, diríamos, deja ahí el análisis para retomar en otro momento cuando el Il y a de l´Un vuelve a emerger y uno ya no sabe qué hacer con ese saber anterior. Cuando se le descose, o no se le descose, cuando se identifica lo real.

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